El gigantesco cubo de hielo que cubre la mayor parte de Groenlandia, con casi cinco veces la extensión de España, se está derritiendo a un ritmo acelerado. Un estudio muestra que su masa helada pierde tantos kilómetros cúbicos como para, una vez aguados, llenar 110 millones de piscinas olímpicas cada año y así, desde hace 20.
Groenlandia es, tras la Antártida, la mayor reserva de agua dulce del planeta. Se ha estimado que si todo el hielo que cubre la gran isla del norte se derritiera de repente, el nivel del mar se elevaría más de seis metros. No sería tan rápido, pero un grupo de investigadores estadounidenses y europeos ha realizado la mayor estimación de la evolución de sus glaciares hecha hasta la fecha y sus resultados son abbrumadores.
Para seguir la dinámica de los glaciares, los científicos han recurrido a los datos de dos misiones de la NASA complementarias.
El estudio muestra que el 48% de la pérdida neta de masa de hielo se debe a esta aceleración del movimiento de los glaciares. Y casi la mitad de este porcentaje se ha producido en el sureste de la isla. El otro 52% del deshielo de Groenlandia se debería a la reducción de las nevadas y al deshielo provocado por el calentamiento tanto global como local.
Pero, para poner las cosas en perspectiva, conviene recordar que aún queda mucho hielo en Groenlandia. Si se han perdido unos 277 Km3, todavía hay otros 2,8 millones de Km3. El problema es que el fenómeno del deshielo además de que podría acelerarse, podría llegar a un punto de no retorno.
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